"Me debe 15 de los grandes, amigo…"
Todos nos enfrentamos alguna vez a adversarios o situaciones que nos superan pero, en la vida como en el poker, no hay nada como saber observar y actuar con ingenio. Hay que jugar para que la partida se recuerde. A fin de cuentas, información seguro que no nos falta: si el orgullo le puede a nuestro oponente, quizás sea bueno bajarle un poco los humos; si cree tenerlo todo siempre bajo control, el caos se pondrá de nuestra parte. No hay que temerle a usar sus propias tácticas a nuestro favor, pues de todo se aprende. Al final, no le quedará más remedio que escuchar: «Me debe quince de los grandes, amigo…».
Olvido.
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